La pared
La piedra de abajo pensaba que la situación era bastante injusta. No porque el peso que soportara fuera demasiado, ni lo sentía, era una piedra. Más que todo porque siempre le tocaba estar abajo. Aunque se sintiera importante por el lugar que ocupaba, al mismo tiempo era la causa de sus problemas; si ella se salía, la pared se vendría abajo.
La piedra de arriba sabía de los pensamientos de la de abajo. Se reía entre dientes y silbaba bajito. Al fin y al cabo era una simple piedra sin movilidad propia. Tendría conocimiento de esto? Ni idea, pero si sabía, nada le decía a la piedra de abajo para calmar sus tormentos.
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